viernes, 23 de marzo de 2012

~ Capítulo 10 Nuevo día, nueva vida

- Mmmmmmm.. me gustan el sabor de tus besos. - afirmó y me sonroje, todavía sin saber la razón de mis glóbulos rojos en las mejillas.
- Puedo decir lo mismo. - pegué mi primer mordisco a la tostada de mermelada de melocotón.-
Gracias por el desayuno - le dediqué una sonrisa.
- No hay de que, te mereces esto y mucho más. - me cedió otra amplia sonrisa.
- ¿Cómo puedes ser tan maravilloso? - pensé en voz alta.
- Eso es lo que me pregunto yo respecto a tí, Miranda. - se acercó a mí, tanto y tanto, cada vez más que le robe un beso.
- Perdona.. perdona por el sermón de esta noche, necesitaba contártelo, no sé, tal vez debería haberme callado, igual lo estropeé todo, déjalo, da igual... - bajé la mirada.
- No hay nada de lo que debas arrepentirte, ni mucho menos avergonzarte. - elevo mi mirada con la suya, elevando hacía arriba mi mentón con su cálida mano izquierda.
Enserio, gracias por contármelo. Así, estoy seguro de que no seré tan gilipollas cómo fue el tío ese, y te protegeré de todo lo que pueda ocurrirte. - echó su otra mano libre, en mi hombro, y a pesar de haberse vuelto a separar, se volvió a acercar.-
Siempre, siempre podrás contar conmigo. ¿Oyes? Siempre.
- Em.. - estaba sin palabras, en blanco, suponía que lo dejaría pasar, no sabía cómo iba a ser su forma de actuar, realmente.- Gracias, gracias a tí de verdad.. - me hundí en su pecho y le abracé fuertemente, cómo nunca lo había hecho en estos pocos días que nos conocíamos, ni siquiera, un mes.
Estuvimos así bastante rato, mis ganas de desayunar se fueron, y dejé media tostada sobre el mantel, iba a quedarme en los huesos, pero tan solo su presencia ya era de por sí mi alimento.
Deshicimos el abrazo, nos miramos por unos segundos fijamente, sonreímos y rompió el hielo.
- Bueno, será mejor que nos vayamos yendo, mi amigo Sam me va a matar. - se echó la mano a la cabeza dejando alocado su pelo oscuro.
- Jajajaja, ¿hemos echo cosas malas en casa de tu amigo Sam? - dije dejando mi timidez a un lado.
- Vaya, no conocía ese lado pervertido por tu parte. No, Mir, hemos hecho el amor, eso no son cosas malas.
- Vale, confiaré en tí.
Recogimos un poco, aunque estaba todo muy desordenado. Primero, salí yo, y después Kevin, cerrando la puerta y cediéndome un casco de color negro, con mis iniciales. Subí a la moto, y la pusé en marcha, cómo me dijo. Era una vespa roja, preciosa, mi preferida. ¿Tenía un diario secreto sobre mi vida? todo esto es demasiado subrrealista, que salgan ya los traidores.
- ¿Le has puesto mis iniciales a un casco de moto? - pregunté dubitativa
- Sí. No es un simple casco de moto, es tu casco.
- Gracias, no tenías porque..
- También tenemos que tener algo por lo nuestro. - susurro, a pesar de ir ya conduciendo, pero pude entenderlo perfectamente. Lo nuestro, sonaba tan.. Espera, es verdad ¿estamos saliendo, o no estamos saliendo? Ay dios, haber  si he echo una barbaridad..
- ¿Nuestro? ¿Es- estamos juntos? - pregunte, mordiendome una uña, dios..
- ¿Tu no piensas lo mismo que yo? - se giro hacía a mí, se giró la moto hacía un lado, y tuve un miedo terrible.-
- Claaaaaaaaro - grite. Pero porfavor.. ¡no vuelvas a hacer eso!
- Vale, yo también te quiero.

Bajamos de la moto, y nos besamos apasionadamente, de esos besos que son de película y no se olvidan. Era todo tan maravilloso,es tan perfecto.


1 comentario: